viernes, 1 de julio de 2011

ENANAS Y ALGAS


En el mundo están el océano y las estrellas. En el océano están las algas azules. En las estrellas están las enanas blancas. Por la noche, las enanas blancas se tiran al océano y juegan con las algas azules. Las algas azules se agarran a las enanas blancas porque sueñan con ir allí, arriba del todo, con las estrellas. Cuando las enanas blancas vuelven a subir al cielo, sólo las algas azules más fuertes se quedan pegadas a ellas. Es un juego. A veces las enanas blancas van hasta a dos mil kilómetros por segundo para deshacerse de las algas azules. Si un alga azul consigue tocar una estrella estando a la espalda de una enana blanca, gana y el océano hace olas porque está feliz. Si una enana blanca consigue deshacerse de un alga azul, gana y la estrella se pone a brillar muy fuerte. Al final de la noche, las enanas blancas devuelven a las algas azules al océano para darle otra vez su color del día y las algas azules se dejan caer en el océano para dejar que las enanas blancas vuelvan con las estrellas y las empujen al otro lado del mundo.

Los hombres que están en la tierra, llaman estrellas fugaces a lo que se mueve de noche por el cielo y piden deseos. Pero no son estrellas fugaces, son enanas blancas y algas azules que se divierten entre el océano y las estrellas.

Christian Lecomte