TODO LO QUE CABE EN LOS BOLSILLOS

Ayer terminé junto a un café de leer esta historia. Cerrando el libro cada dos por tres para no emocionarme en público y controlar mis emociones.

Seguramente Mika, no esperaba encontrarse de frente con su pasado. Mientras caminaba con su nieto Danny, un letrero en un teatro anunciaba: "El titiritero de Varsovia" de repente se le aceleró el corazón, le faltaba el aire y pidió a su nieto que le llevase a casa, tenía que contarle una cosa.
Cuando llegan a casa Mika enseña a Danny el abrigo que heredó de su abuelo, el cual, será protagonista y casi un talismán de supervivencia.
Una desgarradora historia que nos llevará al gueto de Varsovia, una ciudad convertida casi en un cementerio viviente, se habían perdido hasta los colores, y es aquí donde descubriremos las sobrecogedoras situaciones que Mika tubo que experimentar.
Después de descubrir que su abuelo se entretenía haciendo títeres, decidió construir algunos personajes más. Empieza entreteniendo a sus familiares, hasta acabar sacando sonrisas a los niños del hospital. Una forma de hacerles más llevadero su cruel destino.
La historia está narrada de una forma que te engancha, que no puedes dejar de leer. Te sientes casi como si estuvieras allí mismo conviviendo junto a ellos, tan dolorosamente.
Cuando Max, un soldado alemán, descubre a Mika, se lo llevará para entretener a las tropas alemanas. Asistiremos a los sentimientos de miedo, culpa, asco, vergüenza que un pobre muchacho de 14 años tuvo que enfrentar.
Lo que no me esperaba ni por asomo es el giro que da la novela. En su segunda parte veremos las experiencias sufridas por Max una vez que la guerra termina y es convertido en prisionero de un Gulag de Siberia. Cuando uno no da crédito a lo que los alemanes hicieron a los judíos, ni siquiera uno piensa en que es lo que les pasó a los alemanes después, lo cierto es que a mi nunca me ha importado. Bueno no, es que nunca he leído nada al respecto. Yo...es difícil, no sé lo que les hubiera hecho...
El caso es que la novela, la muy cabronceta, me ha hecho simpatizar con Max. La verdad es que no sabía si lamentar lo que le pasa o pensar que se lo merece. Quizá sea mi bondad la que leía pensando en como iba a salvarse. Mi cabeza pensaba que mi corazón no debía sentir compasión por ese personaje. Pero la sentía. Quizá no está en mi naturaleza ser tan salvaje.

Mientras Max sufre lo que sufre, se consuela con un títere que Mika le regaló. Mika le recordaba a su hijo y quizá encontró en ese muñeco la fuerza para luchar también y no dejarse morir.
Al final de la novela se torna todo tan emocionante y tensitivo, algo como una contrareloj que no puedes parar de leer. Max le pide a su hijo que busque si Mika vive, pero será su nieta, indignada y con sentimiento de culpa por nacer alemana la que sienta la necesidad de buscar a Mika. Se dedicará, a construir más títeres y representar su obra sobre las historias que le contó su abuelo. Una obra que será la que produjo tal alteración a Mika mientras paseaba con su nieto.
Un final muy emotivo, un libro para conservar y releer con el tiempo. De esos que se recomiendan como "un sí obligado".

Esta novela es tan especial, que creo que todo el mundo debería leerlo.Y es que como dice la sinopsis,"Muestra una perspectiva diferente de la Segunda Guerra Mundial".