Hoy os voy a mostrar una receta muy buena y muy barata para disfrutar en familia. Y en los tiempos que corren, se puede decir que barata.
Los roscos de Amylois. jijiji
Vamos a ello, sigue estos pasos, y a disfrutar.
1) Cogemos una olla y batimos un huevo.

2) Cuando está batido el huevo añadimos 6 cucharas soperas de leche, que puede ser entera o desnatada sin problema. Y removemos bien todo.

3) Seguidamente añadiremos 6 cucharas soperas de aceite de oliva y moveremos todo bien.

4) Ahora 6 cucharas soperas de azúcar, que si os gusta el dulce pueden ser bien llenas. Y lo mezclais bien todo.

5) Un sobre de levadura royal, y movemos bien.

6) El sabor. Yo le he puesto la rayadura de una naranja. Se raya y se mezcla bien. También podéis poner rayadura de limón. O un dedito de anís.

7) Empezamos con la harina, es importante mezclar poco a poco, por eso, la cantidad es la que se necesite hasta conseguir una masa que no se pegue en los dedos. Echaremos cuchara a cuchara mezclando bien toda la masa. una cuchara mover, una cuchara mover...

Primero seguiremos mezclando la harina con el tenedor.

Y cuchara a cuchara la masa se hace más espesa, asta que resulta más complicado de mover.

Cuando ya sea imposible de mezclar con el tenedor...

Limpiaremos los restos de masa del tenedor con una lengua pastelera.

Echamos más harina sobre la masa y aplastamos suavemente con los dedos para que la harina se junte con la masa y no se nos pegue en las manos. Luego ya podemos mezclar bien con las manos toda la masa y seguir añadiendo harina si es necesario.

Por fin habremos conseguido una bola de masa con la que podremos empezar ha hacer los roscos.

Y como todos habremos jugado con plastelina, hacemos los rosquitos y en un platito con un pelín de harina nos mancharemos los deditos y golpearemos los rosquitos suavemente para que el rosco no se quede pegado a la bandeja.

Aquí los tenemos, como veis yo los he hecho con amor...jejeje

Ahora ponemos una sartén pequeña bien llena de aceite de girasol para que los roscos no salgan grasos. Y la ponemos a calentar bien.

Cuando el aceite esté bien caliente, lo pondremos a fuego lento. Los roscos los freiremos a fuego lento para que se hagan por dentro a la vez que por fuera y los sacaremos cuando tengan el dorado deseado.

Los primeros enseguida se dorarán porque el aceite está caliente, pero los siguientes ya se van haciendo más suavemente. Asta que los freímos todos y los espolvoreamos con azúcar y mmmmmmmmmm a disfrutar.